viernes, 31 de diciembre de 2010

Nace una revista creada, pensada y dirigida por asambleas populares

Publicado en Tiempo Argentino el 31 de diciembre de 2010

El “lanzaNOmiento” será el domingo 2 de enero


Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar





Hartos de las versiones en las que siempre son culpables. Hastiados de los voceros que hablan por ellos, pero no con ellos. Dueños de una Garganta Poderosa que se vuelve letras desde el barrio y el barro, nace la primera revista mensual pensada, redactada, ilustrada, fotografiada, dirigida y financiada por la organización popular de las asambleas vecinales de Zavaleta, Rodrigo Bueno, Villa 31 Bis, 21-24, Fátima y las ranchadas de Capital.

Con los títulos debajo, “porque para nosotros todo lo importante está abajo”, y el alfabeto qom en remplazo de la numeración occidental, en la tapa aparece Román Riquelme a puro grito y, en la contra, llevando el índice a sus labios. El 10 aceptó una larga charla, pero también hay unos mates con Joan Manuel Serrat, la historia viva de la Villa 31 Bis, una receta condimentada de humor, un CruciGranma, una respuesta a Facundo Pastor, un encuentro entre los herederos de Carlos Mugica y el Che Guevara, una visita de Hip Hop Man, un diálogo de fotos y palabras, clasificados y avisos no rentados, porque “para publicitar no revuelva monederos, los comercios a la vista, son de buenos compañeros”.
La historia comenzó hace tres meses, cuando en la cooperativa de comunicación popular de la Organización La Poderosa, se concluyó que por un lado los medios tradicionales no reflejaban las vivencias barriales y, por otro, era evidente la inexistencia de referentes periodísticos surgidos de los sectores populares. Así se resolvió que cada asamblea designara a los futuros ocho redactores, tres fotógrafos y un dibujante para que recibieran una beca y se formaran. Luego se acondicionó una sala que preside una vieja Olivetti.
Antes de alumbrar, ya recibió encendidos elogios en medios de prensa, como una extensa editorial de Víctor Hugo Morales. Sin embargo, La Garganta estallará el 2 de enero en un festival a las 15:30, en Kevin y Che Guevara, Zavaleta, al que adhirieron, entre otros, el hijo de Jorge Julio López, la mamá de Luciano Arruga, Elvira Sánchez (hermana del atleta desaparecido Miguel Sánchez), Claudio Morresi, Eduardo Anguita,
Alejandro Dolina, Alejandro Fabbri, Martín Sharples, “Pitu” Salvatierra, Pablo Ferreyra (hermano de Mariano Ferreyra), Nora Cortiñas y Tati Almeyda, Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora, Estela de Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo, Demetrio Iramain, director de la revista Sueños Compartidos de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el SERPAJ, Glenn Postolski, director de Ciencias de la Comunicación de la UBA, la escuela Che Guevara de Berazategui, la embajada de Cuba, Osvaldo Bazán, Gustavo Lombardi, Román Iutch, Alejandro Apo, Facundo Sava, Paula Santoro, Juan Sasturain y Mauro Navas.
Con la recaudación se garantizarán la impresión del número de febrero y las becas. Y así, cada asamblea barrial invertirá el dinero que destinaba a eso en el incremento de la tirada. De este modo, con aportes voluntarios 100% anónimos y sin publicidad, en marzo se imprimirán 10 mil revistas, y antes viajará un corresponsal a Italia a cubrir la
Corsa di Miguel y otro a Formosa para entrevistar a la comunidad qom La Primavera..
A La Garganta Poderosa se la podrá adquirir en distintos puntos de Buenos Aires, la Costa Atlántica, Córdoba y Tucumán, o encargarla a lagargantapoderosa@gmail.com 
Y además se la podrá escuchar, como siempre, abriendo bien las orejas.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Independiente, mi viejo y yo

Un cuentazo de Eduardo Sacheri, mientras esperamos que los duendes del Rey vuelvan a hacer lo suyo.
Si lo prefieren, relatado por Alejandro Apo


“Mirá que esta noche es el partido”, me dijo él. Hizo bien porque uno, a los cinco años, no tiene una conciencia cabal de la periodización del tiempo. Como mucho distingue el sábado y el domingo, porque esos días no hay que ir al jardín, y papá se queda en casa a jugar con uno. Pero con los otros días y las otras noches, la cosa se complica. Por eso sin la advertencia de papá, hecha con el beso de recién llegado del atardecer, yo habría pasado por alto la infinita importancia de esa noche.Los preparativos fueron los de siempre. Mientras él encendía el Stromberg-Carlson con suficiente antelación para darle tiempo a las válvulas, yo le pedí a mamá la ropa apropiada para el evento. Primero se negó a lo del pantaloncito corto, aduciendo que era invierno y que hacía mucho frío. Yo argüí hasta el cansancio que los jugadores juegan con pantalones cortos, y al aire libre. Una salomónica intervención de papá desempantanó por fin el pleito: con pantalón corto, pero sentado cerca de la estufa de kerosene del comedor. Después me puse la camiseta roja con el cuellito blanco, con el once de cuero cosido en la espalda, igualito que Daniel Bertoni. Papá, mientras tanto, iba trayendo la colección de trapos rojos que colgábamos a modo de banderas. Había pañuelos, una frazada, un pulóver, un par de camisas chillonas. La lámpara de pie, el timón de barco que adornaba la pared, varias de las sillas, todos terminaron ocultos en nuestro rito ornamental y futbolero. Cuando llegué, rigurosamente ataviado con los colores reglamentarios, me llené los ojos de banderas rojas. Lo único que nos faltaba era el viento para que flamearan, como en la cancha. Papá se negaba, pese a mis acaloradas argumentaciones, a vestir también el atuendo correspondiente. Nada de camiseta. Y mucho menos de pantalones cortos. A mi me parecía un desperdicio, con tanto trapo rojo disponible y tan a mano. Pero él prefería verlo con su bata de siempre, calzado con sus chinelas ruidosas, con el paquete de Kent y el cenicero, pobrecito, para fumarse los nervios uno por uno. Mientras daban las últimas propagandas, y antes del aviso de “minuto cero del primer tiempo, es tiempo para una ginebra Bols” (o cosa por el estilo) que marcaba la hora señalada, papá se sintió en la obligación de preservarme de desilusiones demasiado abruptas. Me miró como me miraba siempre que tenía algo importante que decirme, con una mezcla de solemnidad y de ternura, con un bosquejo de sonrisa iluminándole los ojos. “Mirá, tipito –empezó, porque él me llamaba de esa manera cuando teníamos que aclarar cosas importantes-, que la cosa viene difícil.” Y volvió a enumerarme todas las dificultades que nos esperaban en esa noche de invierno. Que ellos habían ganado en Brasil, que nos habían pegado un peludo bárbaro, que no sólo teníamos que ganar, sino que debíamos hacerlo por no se qué diferencia de gol. Pero para mi sus argumentos sonaban confusos. ¿Acaso él mismo no me había dicho que Independiente era el rey de copas, que la copa, la copa se mira y no se toca, que los brasileños nos tenían un miedo descomunal, y que en Avellaneda y de noche se morían de frío, y no podían ni levantar las patas del paso? El trató de convencerme de que, pese a la absoluta veracidad de lo dicho en otras ocasiones, esta noche las cosas iban a ser muy difíciles y peliagudas. De todos modos, nos entonamos cantando un par de veces el “si, si señores, yo soy del Rojo”, y algún otro estribillo para ir matando el tiempo. Cuando finalmente se acabaron las propagandas, papá encendió la radio Phillips, con su estuche de cuero, que debía ser la primera portátil de Sudamérica (y la teníamos en casa). Le bajó el volumen a la tele: ambos sabíamos que los relatores de radio son mejores que los otros. Cada uno ocupó su sitio de siempre. Él en la cabecera de la mesa, y yo sobre el arcón de mirar la tele. Acercó la estufa de kerosene de ese lado para cumplir lo pactado en cuanto a temperatura corporal con la madre del win izquierdo en el bolsillo. Pero la carne es débil. No importa cuánta preocupación ocupe nuestro pensamiento, ni cuánta angustia agobie nuestro espíritu. Uno siempre termina teniendo hambre, o teniendo sueño, y sucumbiendo a esas necesidades poco altruistas. Empecé a cabecear apenas empezado ese partido inolvidable. Mamá me dijo varias veces que me fuera a la cama. Pero yo seguía ahí, impertérrito, sentado en el arcón, con las patas colgando y pateando en el aire como si estuviese en plena cancha en los escasos momentos de lucidez que tenía en medio de mi mar de sueño. Papá esperó un rato y después me dijo que me fuera, que me quedara tranquilo. Yo protesté que de ninguna manera, que teníamos que seguir ahí los dos, haciendo fuerza con los cantitos y las banderas. Él me dijo con aire confiado que no hacía falta, que igual sin mí íbamos a salir campeones, que me quedara tranquilo, que los teníamos de hijos. Ante semejante desparramo de confianza le hice caso y me dormí. A la mañana siguiente mamá me despertó para ir al jardín. Embotado de sueño me dejé vestir, abrigar y conducir a la cocina a tomar la leche. Después ella me sentó en el sillón del living para atarme los cordones, como hacía siempre mientras esperábamos que pasara el micro. Apenas me despabilé un poco recordé la noche de la víspera, y me desesperé preguntándole el resultado del partido. A la luz del día, y después de un sueño reparador, mi deserción de la noche me parecía imperdonable. Ella me miró y dijo no saberlo. Le pregunté por papá, y respondió que aún no se había levantado. Han pasado veinticinco años, pero aunque pasen sesenta voy a recordarlo como si hubiese sucedido hoy. La casa estaba iluminada por uno de esos soles oblicuos y tibios del invierno. Yo tenía el guardapolvo cuadrillé lila y blanco, y la bolsita en el regazo, bien agarrada a la diestra, para no olvidármela (otras veces me había pasado, y me había quedado sin el Jorgito de dulce de leche y sin la taza de plástico para el mate cocido; así que ahora la cuidaba más que a mi vida). De repente oí abrirse la puerta del dormitorio. Y enseguida escuché el clásico arrastrar de las chinelas en el parquet del pasillo. El corazón me dio un vuelco. Lo llamé a los gritos. Entró a las carcajadas, preguntándome el motivo de mi ansiedad. Yo lo interrogué por el resultado, ya totalmente despierto, ya absolutamente pendiente de lo que dijeran sus labios, ya indiferente a mamá terminando de atarme los cordones. Él se acercó, se inclinó, me dio un beso de buenos días, y se me quedó mirando con expresión jubilosa. Recién cuando volví a preguntarle me dijo que sí, que claro, que habíamos salido campeones de nuevo, y que no me olvidara en el jardín de decirle a todo el mundo que Independiente había vuelto a salir campeón de América. Yo, aún en medio de mi alegría, me hice el tiempo de preguntarle cómo habíamos hecho, si él me había dicho que era muy difícil, que en Brasil nos habían dado un baile bárbaro, que teníamos que hacerles como tres goles, que en el campeonato de acá andábamos como la mona. El me miró risueño, y sembró una semilla más en el fértil potrero de mis sueños de pibe.“Pero, tipito –empezó, como enunciando una verdad ya reiterada hasta el cansancio-, ¿no te dije que los brasileños ven la camiseta del Rojo y se asustan tanto que no pueden ni mover las patas? ¿No te dije que, con el frío, se quieren volver a su casa a comer bananas para entrar en calor? Por eso te dejé dormir. Porque era tan fácil que nos las rebuscamos sin tu aliento.” Y en medio de mi maravilla impávida, terminó: “Menos mal que te dormiste. Imagináte si te quedás despierto y gritás conmigo: les hacemos veinte goles y no quieren venir a jugar nunca más, y nos quedamos sin nadie a quien ganarle la copa”. Después me levantó en brazos y cantamos “la copa, la copa, se mira y no se toca”, y dimos la vuelta olímpica a los saltos, por toda la casa. Vino el micro y me fui al jardín de infantes. Supongo que ésos son los recuerdos que se le meten a uno en los recovecos del corazón, y echan cría y se nutren de su propio néctar, y nos marcan para toda la vida. Por lo menos así ocurrió conmigo. Y no me avergüenza reconocer que ahora, ya grande, cuando tengo un problema que me agobia, o cuando me toca sufrir por radio y por televisión un partido de Independiente y me como los codos por la ansiedad y la angustia (la vida me enseñó lo inconveniente que puede resultar fumarse los nervios), siento un impulso difícil de dominar, una tentación casi irresistible que me invita a irme a dormir, a abrigarme en la certeza de que mientras yo sueño, mi papá e Independiente, como duendes laboriosos, van a arreglarme el mundo para que yo lo encuentre refulgente en la mañana. Y queda en mí el mandato inexorable que dictan las fidelidades eternas. Cuando Independiente gana un campeonato –al fin y al cabo, Dios y sus milagros evidentemente existen- lo primero que hago, en la cancha o en mi casa, es levantar los brazos y los ojos hacia el cielo, abrazándolo a mi viejo a través de todos los rigores del destino, y por encima de todas las traiciones de la muerte. Lo que pasa es que tratándose del Rojo, de mi viejo y de mí, hay veces que la muerte es una señora que nos tiene un miedo bárbaro. Una vieja podrida a la que, de locales en Avellaneda, le tiramos la camiseta y podemos, de vez en cuando, llenarle la canasta. Todavía me acuerdo de ese número once de cuero blanco, cosido en la camiseta como el de Bertoni. Pero ahora también veo, cuando me fijo con suficiente atención, que mi viejo también lleva lo suyo. Lo tiene ahí, en la espalda, justo a la altura del nacimiento de las alas: un diez de cuero blanco, igualito igualito al de Bochini.”

domingo, 28 de noviembre de 2010

Seis presidentes americanos, unidos por el Camino del Inca

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 28/11/2010
En la próxima Cumbre de Jefes de Estado, las máximas autoridades de la Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú darán un paso clave para que la Unesco lo reconozca como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar

Transitando un destino inapelable de unidad, los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, suscribirán un documento conjunto la semana próxima en la XX Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos que se realizará en Mar del Plata, en un paso más hacia lograr que el Qhapaq Ñan, la red de caminos del imperio inca, sea declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El signo de los nuevos vientos trae noticias de añeja unión y hace casi diez años el proyecto comenzó como un sueño que es inédito en la UNESCO, ya que es la primera nominación que realizan 6 países en conjunto.
La declaración tendrá las firmas de Irina Bokova,  primera mandataria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y de Nuria Sanz, Coordinadora General del Centro de Patrimonio para Latinoamérica y el Caribe. Ambas recorrerán también la zona de Salta y Jujuy.
Bokova, de origen búlgaro, quien es la primera mujer que accede al puesto de Directora General de la UNESCO, llegará invitada por el senador de la Nación y  miembro del comité ejecutivo del organismo internacional, Daniel Filmus, y verá in situ los avances de un trabajo complejo y arduo.
Precisamente, Diana Rolandi, Directora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano y coordinadora técnica del Camino del Inca en Argentina, describe con precisión la tarea ya realizada y lo que se espera de ahora en más. “Esto es un proceso largo y nos fuimos armando. Además de tener que consensuar y combinar entre los países, nosotros, hacia adentro, somos una nación federal y el trayecto recorre las provincias de Jujuy, Catamarca, Salta, Tucumán, La Rioja, San Juan y Mendoza, a quienes debimos involucrar”.
En los cálculos se ubica una fecha todavía indefinida, pero en 2012, para que la declaración sirva de marco adecuado al festejo de los 40 años de la creación de la Convención de Patrimonio Mundial. Antes, en febrero de 2011, cada país tendrá sus informes listos para elaborar luego el documento único, traducirlo al inglés y presentarlo en julio de 2011.
“El grado de complejidad es muy grande”, explica Rolandi y enumera: “fechas, matrices, un vocabulario común, fondos económicos… son muchas las cuestiones a tener en cuenta para, luego, en base a directrices como itinerario cultural, estudios topográficos, arqueológicos y ambientales, cada uno elabore un expediente”.
El Qhapaq Ñan –Vía principal o El camino del Señor, o El camino andino principal, en quechua- constituye la mayor obra patrimonial de América del Sur y en sus más de 30.000 kilómetros de extensión reúne una complejidad de paisajes naturales y culturales que requieren de trabajos de restauración y de recuperación social.
Salía de Cusco, el llamado ombligo del mundo por los Incas, y se bifurcaba en cuatro direcciones por todo el Imperio, que ellos llamaban Tawantinsuy.
En el aspecto arqueológico, es comparable a las calzadas romanas, pero lo que lo diferencia es que sigue vivo, es usado por los pobladores de los Andes y alberga por ello importantes riquezas que la UNESCO llama “inmateriales”: lenguas, costumbres, músicas y todo tipo de formas culturales.
La red de “caminos incas” que surcan los Andes en realidad fue construida por civilizaciones anteriores, pero ellos las perfeccionaron y extendieron.
Podían ser de tierra afirmada, otras veces estaban empedrados e incluso con muros de contención, en ocasiones se adaptaban a las laderas en forma de escaleras y, en los casos más complejos, se tallaba la roca misma para crear peldaños, con una red de construcciones en su recorrido, que incluían los puentes colgantes sobre los ríos y las “collcas” o depósitos horadados en la roca donde se almacenaba cereales o habas para que los viajeros encontrasen sustento en épocas de penurias.
Involucrada de lleno en el propósito, Rolandi aporta, a modo de síntesis, la relevancia de lo perseguido. “Pienso que tener una mirada hacia los Andes –dice-, es dirigirse a un espacio muchas veces relegado pero que representa a todo lo que nos une”. El pasado y el futuro que se espera, no se animan a desmentirla. 


RECUADRO
La traza del sendero, secreto de Estado



La traza definitiva que se elevará a la consideración de la Unesco es un secreto que se mantiene bajo siete llaves. De hecho, todos los involucrados aceptaron un acuerdo
de confidencialidad que tiene que ver, básicamente, con la idea de dar pasos certeros y, además, respetar a las comunidades.
Con talleres y diversos estudios todavía en curso, los sitios seleccionados –ya que no se pretende declarar patrimonialmente a todo el camino incaico, sino segmentos representativos– no tienen aún categoría de definitivos. Además, muchas comunidades van a verse afectadas, pues es sabido que el caudal de turismo puede acrecentarse mucho tras la declaración, y por ello las autoridades quieren determinar con los habitantes qué carga de visitantes estarían dispuestos a tolerar.
La declaración de la Unesco que se busca no es una mera estampilla.
Se propone la realización de proyectos, programas de investigación, desarrollo y conservación que impulsen avances sustanciales, no solamente en el plano científico o de la protección y puesta en valor de los bienes, sino también en el del mejoramiento social y económico de las comunidades asociadas. Se trata de la aplicación del concepto de paisaje cultural y de lograr la participación de todos los sectores de la comunidad.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Repudio a la explotación infantil en granjas

PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE EN TIEMPO ARGENTINO

Los concejos deliberantes de Zárate y Campana firmaron declaraciones de condena.

Se involucraron tras la muerte de Ezequiel, un chico que pudo haberse contaminado en una de las 70 granjas que Nuestra Huella tiene en Buenos Aires y Córdoba. La justicia no contestó sobre un pedido de medida cautelar.

Por Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar

Al tiempo que los concejos deliberantes de Zárate y Campana aprobaron declaraciones de “repudio a todo acto de explotación infantil”, el juez federal Adrián González Charvay todavía no dispuso ninguna orden, a una semana de un nuevo pedido de cautelares “urgentes” en resguardo de los 200 niños y sus familiares que están expuestos a venenos cancerígenos en las granjas de la firma Nuestra Huella, donde, tal como se demuestra en horas de video entregadas a la justicia, vivía y trabajaba Ezequiel Ferreyra, quien murió el 16 de noviembre pasado.
El viernes 19, representantes de la Fundación Alameda y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) solicitaron que “se proceda a la intervención judicial de la empresa, con expresa prohibición del empleo de plaguicidas y tóxicos que no respeten las normas de bioseguridad, se realice un relevamiento de las personas que habitan en todas las granjas afectadas a la producción avícola”, que se efectúen “estudios médico legales”, en especial a “mujeres y niños, a los fines de determinar su posible intoxicación por contaminantes, y se arbitren las medidas necesarias para hacer cesar el origen del foco contaminante”.
En el Juzgado Federal Nº 2 de Zárate-Campana hay quienes susurran que el magistrado se habría comprometido a tomar disposiciones de fondo, que aún no se materializaron. Durante la semana entrante, Alameda completará los trámites formales para ser reconocida como querellante, lo que representará un cambio sustancial.
En rigor, en las otras dos causas judiciales que involucran a la empresa la inacción es mucho más palpable. El juez Claudio Bonadio, titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, recibió en octubre de 2009 la denuncia en la que se imputa a Guillermo Garibotti, Matías Esteban Garibotti, Luz Luaces, Viviana Vallejos, Alejandra López Camelo y Leticia García Ester de Luaces y a las empresas Nuestra Huella S.A, Ovoprot Internacional, Ovoprot Argentina SA, Walmart, Disco, Carrefour y Coto por “conductas ilícitas que desembocaron en gravísimas violaciones a los Derechos Humanos”. Más de un año después, el trámite no avanzó.
Sin embargo, existe un antecedente más antiguo todavía. En 2008, la jueza de Garantías en lo Penal de Zárate-Campana, Graciela Cione, tomó la acusación por reducción a la servidumbre y trabajo infantil y ni siquiera elevó la causa a juicio oral tras la solicitud del fiscal Juan José Maraggi. La letrada ni siquiera llamó a indagatoria a los sospechosos.
Acaso sean los buenos y aceitados vínculos políticos los que aletarguen las resoluciones. Un complejo entramado de parentescos y allegados pone en relieve a Humberto Zuccaro, intendente de Pilar, primo hermano de la presidente de la compañía, Alejandra López Camelo, y al cuñado de ella, Jorge Herrera, secretario general de la seccional zonal de Uatre. No menos llamativo es que el ex jefe comunal pilarense, Sergio Bivort, haya patrocinado a la firma como abogado.
No obstante, quizás el tejido comience a mostrar grietas por donde se filtren, por ejemplo, las posturas de los concejos de Zárate y Campana, en las que se piden informes a la Subsecretaría de Trabajo, la Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil y se remiten copias al Departamento de Derechos Humanos del municipio de Zárate, a los concejos deliberantes de Exaltación de la Cruz, San Pedro, Escobar y Pilar y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. En Campana, también, se le exige a la justicia que actúe con celeridad y el texto fue aprobado por unanimidad. Tal vez llegue el momento en que las palabras adquieran la fuerza que motive la acción de los inactivos y la sentencia de la próxima muerte se evite.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ordenan la autopsia al cuerpo del chico esclavizado en granja avícola


PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO, 18/11/2010


Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar


La vida ya se le fue a Ezequiel. Pobre vida de seis años. Los últimos los pasó en una granja de la firma Nuestra Huella, entre la sangre y el guano de las gallinas y manipulando venenos con elementos cancerígenos. Su cuerpito sucumbió ante el tumor y las prácticas malignas. Ayer lo enterraron y recién ayer el juez federal, Adrián González Charvay, dispuso el secuestro de su historia clínica y la exhumación del cadáver para su  autopsia.
Un pedido interpuesto por la Fundación Alameda muy temprano a la mañana derivó en la acción del magistrado, quien determinó además el traslado de los restos a la Morgue Judicial ubicada en capital, pues la de Pilar no le brindaba garantías.
A su vez, representantes de Alameda y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) repetirán hoy una solicitud que realizaron otras veces y que tiene que ver con que la justicia disponga un veedor que ingrese a las 70 granjas que la firma posee, acompañado de médicos para verificar si los alrededor de 200 chicos que viven ahí están en contacto con agrotóxicos.
Ambas instituciones entregaron a la justicia horas de filmaciones con “cámara oculta” en las que se ve a niños  trabajando descalzos y manipulando tres tipos de veneno: Furadan, Sipermetina y Nubal. Justamente, Ezequiel es uno de los que aparece relatando que hasta en su cumpleaños estuvo recolectando huevitos. “Así, así, así”, explicaba.
Juan Grabois, del MTE, le dijo a Tiempo Argentino: “lo que pedimos es una medida cautelar, que debiera interponerse con una simple sospecha y mucho más con el material que aportamos. Esto debe significar una alerta sobre nuestro sistema judicial porque se están violando los Derechos Humanos más elementales de esos chiquitos”.
El triste derrotero final de Ezequiel comenzó con una internación en un centro hospitalario por obra social y posteriores derivaciones hasta llegar al Centro Gallego, como particular. Allí encontró la muerte el martes, tras dos intervenciones. Allí se pudo ver a directivos de la empresa. Allí no pudieron acceder diputados nacionales y pediatras que se habían interesado por su salud.
Un hermetismo similar al dispuesto durante su velatorio y entierro, que algunos entendieron como maniobras tendientes a evitar la autopsia.
Cierto es que la mamá, el padrastro –que siguen trabajando en la granja– y algunas personas de la compañía, fueron los que encabezaron el humilde cortejo con sólo dos coronas. Una, con la leyenda “tus papis” y otra: “la empresa”. La única foto que presidió la sala velatoria fue una captura extraída, paradójicamente, de la cámara oculta realizada en 2008 por Alameda.
Al respecto, Grabois no duda sobre las intenciones de unos y otros. “La empresa quiso ocultar desde un primer momento, durante la internación en una clínica privada, que sería de alguien vinculado a la firma, hasta el entierro. En general, en estos casos se da que los familiares pueden hablar mucho tiempo después y recién cuando la justicia da claras señales de que va a actuar y protegerlos.”
Nuestra Huella nunca hizo pública su postura. Ayer, los muchos intentos de comunicación de este diario no pudieron franquear la barrera de “Alejandra no está”. Alejandra es Alejandra López Camelo, presidenta y accionista de la compañía. Sus socias son Leticia Esther García de Luaces y su hija Luz Luaces. Sobre las tres pesa un pedido de indagatoria y están denunciadas en causas laborales y penales por reducción a la servidumbre y trata de personas. http://tiempo.elargentino.com/notas/ordenan-autopsia-al-cuerpo-del-chico-esclavizado-granja-avicola

sábado, 13 de noviembre de 2010

Publicidad engañosa o el arte de vender espejitos de colores

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 13/11/2010


Se ofrecen productos maravillosos que luego no lo son, invitan a participar de concursos que no tienen premios o servicios que nunca se dan de baja. Las telefónicas están entre las más denunciadas. Las multas llegan a $ 5 millones.

Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar

Mientras la tecnología construye más y mejores autopistas por donde los mensajes viajan de manera efectiva y rápida, las publicidades recorren el trayecto descartando la vieja misión de informar, adaptadas al objetivo de persuadir. Acaso sin proponérselo, rinden homenaje a las palabras del novelista inglés Herbert George Wells, cuando definió a la publicidad como “el arte de enseñar a la gente a necesitar cosas”. Sin embargo, esta especie de pacto tácito entre vendedores y consumidores, a favor de aceptar inducir y ser inducido, reconoce límites estipulados por la ley, sanciones, resarcimientos a clientes, e incluso proyectos de restricciones más severas para evitar engaños.
Si bien no hay dudas de que “parecido” no es “lo mismo” y otros cientos de ejemplos cotidianos, cierto es que un mercado que factura en la Argentina cerca de 7000 millones de pesos al año prueba los límites, y la autorregulación publicitaria no impide que se omitan, distorsionen o falseen informaciones esenciales.
Si bien las compañías de teléfonos celulares suelen encabezar las listas de las denunciadas, en el Área de Control de Publicidad de Defensa del Consumidor del GCBA se iniciaron más de 300 actuaciones por presunta publicidad gráfica engañosa, en las que sobresalen los bancos y grandes comercios por exhibición indebida de precios o falta de información.
En caso de comprobarse infracción, las multas a las empresas pueden ascender hasta $ 500 mil, si vulnera la Ley de Lealtad Comercial, o $ 5 millones, si se trata de la Ley de Defensa al Consumidor. Una normativa reglamentaria nacional que se aprobaría en breve permitiría, además, sancionar solidariamente a las agencias de publicidad que hayan confeccionado el aviso en infracción.

ENVIÁ “ENGAÑO” AL… Un clásico de las trampas tiene que ver con el servicio de envíos de SMS. La leyenda legal que debe figurar al pie de cada anuncio, indicando modalidades de la contratación, casi nunca tiene en su tipografía las medidas mínimas exigidas por la Resolución 789/98 y muy pocos conocen que estas prestaciones suelen ofrecerse con renovación automática diaria, lo que significa ni más ni menos quedar atados para siempre. En la Dirección Jurídica de Protección del Consumidor del gobierno de la ciudad, se han iniciado de oficio tres actuaciones contra las principales empresas que brindan y publicitan el servicio
No obstante, ese no es el único atajo que suelen tomar las compañías de telefonía celular. Justamente, está en estudio una sanción que saldría en los próximos días para la empresa Claro por 21 avisos gráficos con información difusa respecto de vigencia en tiempo y lugar de la oferta, limitaciones a la misma (stock de unidades) y modalidades de la comercilización.

EL QUE LAS HACE… La multa más grande impuesta en la Argentina es reciente. Fue aplicada en la órbita nacional y apelada por la sancionada Cablevisión. El viernes 10 de septiembre pasado, la Dirección Nacional de Comercio Interior de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor dispuso que Cablevisión-Fibertel debía abonar $ 5 millones por no suministrar información cierta, clara y detallada, y ofrecer la prestación del servicio de Internet de banda ancha sin contar con la autorización de la autoridad competente. En orden decreciente de cantidad, le sigue una telefónica ($ 1 millón), un banco ($ 500 mil), un centro comercial ($ 250 mil), un servicio de medicina prepaga ($ 200 mil) y una empresa de turismo ($ 100 mil).
El jueves 11 se dictó la sanción más reciente y le correspondió a Ocean Export por difundir, los días 12 y 14 de agosto de 2008, precios del servicio de viajes que eran “válidos hasta el 10 de agosto”, aclarado esto en letra ínfima. La Dirección General de Defensa y Protección del Consumidor le impuso una pena de $ 1950.
Claro que, desde que se creó en 2008 la figura de daño directo en la Ley de Defensa del Consumidor, también se puede exigir un resarcimiento para el damnificado. Precisamente, GE Compañía Financiera SA acaba de ser multada con 15 mil pesos y la obligación de resarcir a un cliente que formuló una denuncia por incumplimiento de una promoción de cuotas bonificadas, en lo que se convirtió en la primera recompensa por daño directo dispuesta en la ciudad en el marco de una publicidad engañosa.
Otro elemento de flamante incorporación en la normativa es la llamada “contrapublicidad” (artículo 18 de la Ley 757) que obliga al emisor a volver a publicar –a su costa y en el mismo medio y ubicación– en forma “rectificada”. Una especie de equivalente al derecho a réplica en materia de libertad de expresión.
En definitiva, para quien se encuentre con que la liebre era un gato, que no hay oro ni moro, ni chanchas, ni veinte, ni nada, queda la posibilidad de denunciar a los publicitarios ilusionistas y esperar que, a fuerza de multas correctivas, encuentren el modo más atractivo de ofrecer lo justito y nada más.

domingo, 25 de julio de 2010

Mensajeros de la nada

PUBLICADO EL 25 DE JULIO DE 2010 EN TIEMPO ARGENTINO

Eficientes propaladores de zonceras de lo más ramplonas, escribas y parlanchines se regodean a gusto con los detalles de la pavada. Celosos custodios de cuanta nadería pueda garantizar el vacío, relatan con impostado desvelo y aires de sesuda disquisición cualquier cosa que oficie de primicia. Evitan, claro, las molestas palabras. Ensalzan, obvio, las conclusiones perversas.
“¡Diego habló por teléfono!”, se dice a las apuradas, cortando letras entre el aire que se escapa exaltado. Se describen los pormenores, se elucubran razonamientos, se aventuran futuros hipotéticos. “El crack sonrió, tosió, caminó, se ató los cordones…” La vida misma parece formar parte del relato continuo.
Después se sube a un avión y se baja en Venezuela. Entonces, por las dudas, transitando caminos confortables, a las narraciones se les caen las incomodidades en profundos pozos de invisibilidad. Si el tipo insiste en andar pateando hormigueros y se le ocurre declararse amigo de “Hugo Chávez y de Fidel” y agrega que “lo ama”, mejor dejar lo primero solamente, ante la evidencia de que en la foto aparece, y al otro… al otro evitarlo sin más trámite. No se lo menciona, no se reproduce el momento en que lo dijo. Pasó y listo, pensarán en una exhalación, aunque días después se anuncie que irá a Cuba, sin avanzar más allá de esa escasa novedad y aventurando posibilidades de partidos amistosos, que por supuesto, no se jugarán nunca.
Acuerdos tácitos garantizan vulgares disimulos, torpes consideraciones. Resulta ser, propalan, que el hombre se fue hasta allá, al ladito del caribe, para ver si le ofrecían el cargo de director técnico de la selección y, de paso, se hizo un tiempito para atender algún que otro llamadito por una tercera alternativa.
En rigor de verdad, la propuesta que oyó realmente fue la de ser el impulsor de que estudiantes argentinos viajen para formarse en Educación Física en la Universidad Iberoamericana del Deporte, donde, además, presenció la primera graduación de alumnos de la institución.
No obstante, la vocinglería tapa y llena los huecos con sentencias que buscan aplausos. A la vez que lo cuentan pidiendo trabajo en otras tierras, aseguran que “el principal sostén para que siga en la Selección argentina es del gobierno nacional”. Punto… y coma… y a esconderse, que siempre se embroma el mismo.
No es el patético pulpo de los vaticinios al que hicieron famoso tontamente durante el Mundial el que sangra con los mensajes de un ejército de correveidiles, sino el de pesados tentáculos mediáticos, con ciertos faltantes en los bolsillos desde que le arrancaron lo que no era propio. Es que ahora, recién ahora, justo ahora, juegan sus soldaditos a descubrir enturbiadas aguas en el mundo pelotero y, con aura de garganta profunda venido a menos, cantan la “posta”, fingiendo ser corajudos.
Presurosos se los ve correr a pasar el dato que se celebre donde se reparten los premios. El negoción de la pelota siempre brinda alternativas de mandados bien regados. Puede intervenirse, por caso, en el forcejeo entre la superestrella y sus dineros, los que deben soltarlos y el muchachito de renovada imagen lampiña, que pretende juntar agua en molinos a los que ya no se los considera suyos, de tan secos que le van quedando los actuales. Interna xeneize de tres lados. Millones, intriga, política, traición y efusión. Palo y a la bolsa, ganancia neta para el recitado estéril.
Ni una sola frase conmueve, cuenta, revela, rebela, sirve, descubre. El periodismo deportivo –si es que existiera esa calificación– se otorga para sí una especie de salvoconducto de frivolidad que le permite navegar en las trivialidades sin pedir disculpas por eso.
Sin embargo, las compañías mediáticas empaquetan sin distingos a la prensa en general con moños decorosos que la travisten con ropaje insípido para ofertarse mejor. Sabido es que el periodismo occidental, que se instituyó con el impulso del movimiento intelectual predominante en el siglo XVIII –la Ilustración– fue modificando sus intereses hasta dejar de promover el debate de ideas, apartándose de la dimensión del hombre como ciudadano, para acentuar su preocupación en satisfacer las necesidades de él como consumidor. Los medios masivos de comunicación, devenidos en grandes empresas, le ceden cada vez mayor espacio a la publicación de acontecimientos en detrimento de sus bases: la opinión y la expresión de ideas. El sociólogo japonés Yoneji Masuda lo describió en 1980 con el concepto de “sociedad de la información”, como la etapa que prosigue a la “postindustrial” y en la que aquella está en el centro de las necesidades, excediendo en importancia como producto a los ya existentes.
Mientras tanto, las olas del mar insulso de exclusivas nimias amenazan con taparlo todo. Pero no. Miguel sigue corriendo la carrera de la memoria en el Chaco y el paso veloz y constante de quienes lo acompañan certificando su presencia inmortal, vence la chatura y hace espacio para la vida. Está ahí, derrotando a los sicarios de antes y de siempre.

domingo, 4 de julio de 2010

Positivo

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 4 DE JULIO DE 2010
Armó un equipo auténticamente dieguiesta y firmó el regreso que va siendo habitual para la Selección. La ausencia de empates en todo su ciclo es la evidencia más elocuente de su idea, de su estirpe, de la opción más noble de tomar riesgos y asumir el compromiso de ir al frente. La trompada es demoledora, como lo fue el 6-1 en La Paz o la cornisa que se transitó en las Eliminatorias. A matar o morir fue siempre, y acaso eso sea la cosecha más valiosa.
En noviembre de 2008 Maradona tomó un equipo que deambulaba por Sudamérica buscando su forma y cierra las cuentas de esta etapa con un tremendo golpe, pero habiendo deslumbrado antes.
El análisis, el balance y la evaluación final no debe sacarse a partir de la última foto. Quedándose acá o habiendo sido campeón, es indudable que se marcó un camino acorde a la historia y se transitó con nobleza y gallardía.
Y anotó varias perlas. A saber: consolidó al arquero Sergio Romero, antes convocado como tercero en algunas ocasiones; incluyó a Gonzalo Higuaín, casi prohibido; se animó con Mario Bolatti y Javier Pastore, que ni aparecían como probables en lista alguna; acertó en la preparación previa al Mundial con el plan de menor desgaste y afianzamiento del grupo; encontró spre los cambios, tuvo razón en la rotación; hizo jugar bien a Lionel Messi y, fundamentalmente, le dio alma e identidad a un conjunt que recordó la esperanza.
Argentina encandiló con su fútbol hasta ayer, recibiendo elogios de Arrigo Sacchi, Johan Cruyff y tantos otros. Y enamoró con su entrega, su solidaridad y sus abrazos, sumando hinchas en Italia, Bangladesh, Cuba y donde fuese.
Quizá el barco naufragó de tan pesado que se hizo el viaje, con tanto vernáculo panqueque arribista que, claro, ya se apura para bajarse. Queda lejos en la memoria el inicio tumultuoso en el que ni siquiera pudo armar su equipo de colaboradres, con la negativa a incorporar a Oscar Ruggeri y la impón de Carlos ilardo como una especie de adlater vigilador, controlador y dueño de tácticas poderosas.
Acaso los mismos argumentos que se esgrimieron por estos días para observar que era "otro" Diego el que andaba por Sudáfrica -más prolijito, claro- hayan sido los que se creyeron razonables para desconfiar, para volver a contarle las costillas, como antes, como siempre.
Pero el tipo ya nació y se murió mil veces. Rendido, con un hilito de voz confiesa que quiere irse. ¿Quién sabe? En algún lugar, rodeado de piratas que esquivará uno por uno, con las piernas cortadas o enteras, el barrilete cósmico volverá a andar por las nubes certificando aquello de que "nada, nunca, nadie"... Y será cierto otra vez.  

viernes, 2 de julio de 2010

Apenas un hombre

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 2 DE JULIO DE 2010

NEGRO JEFE. Obdulio Varela, el símbolo de un Uruguay glorioso, vivió escapándose de los homenajes y aferrado a su sencillez. No quiso ser ejemplo de nada y, tal vez por eso, su impronta vuelve a aparecer tras cada triunfo Celeste.

En tiempos en los que Uruguay anda por el mundo reencontrándose con sus letras, reaparecen inevitables aquellas estampas sepias, acaso enmohecidas, tal vez desdibujadas. Los olímpicos del ’24 y el ’28, primero, los mundialistas del ’30 y del ’50, después, escribieron para la eternidad la palabra campeón al lado de la del paisito, y así corrieron los años, justificando escasez frente a los más grandes. El destello, inalterable, proyectó formas memorables en épicas batallas con cuantiosos héroes y uno, sólo uno, se elevó enorme sobre el resto hasta ocupar su lugar en el paraíso. Obdulio Jacinto Varela, el Negro Jefe, el crack, la inspiración, la quimera a alcanzar. El gran capitán que vivió y se fue escapando de esos honores. Cuanto más huía, más se entronizaba…más se convertía ya no sólo en el prócer, acaso en el Uruguay mismo.

La tarde ilustre en que se torció la historia es bien conocida. El 16 de julio de 1950 Brasil salió a coronarse campeón en un Maracaná con casi 200 mil espectadores. Le alcanzaba un empate, pues se había resuelto definir la Copa en un cuadrangular de todos contra todos, pero fue victoria Celeste, que dio vuelta el 0 a 1 y convirtió en el 2 a 1 más fabuloso y sorprendente jamás visto. Ese día nació la leyenda del Negro. Tras el gol local, con casi 33 años de edad y como mil de sabiduría, tomó la pelota con la mano para llevarla hasta el medio y reponer. Lo hizo caminando lento, bien lento, y hablando con sus compañeros. Y encontró la síntesis: “los de afuera son de palo”, les dijo y se fueron a hacer lo imposible. A la noche, Obdulio se marchó donde siempre, a refugiarse en su corazón, a contestar con su dignidad, a rechazar oropeles.
"Mi concepto de patria se basaba en la alegría de la gente humilde, que es la que más felicidad alcanza con un simple partido de fútbol. Por eso estaba feliz, pero empecé a ver a mi alrededor y lo que vi no me gustó. Los dirigentes comenzaban a subirse al carro, a organizar una celebración, y se me pudrió la cabeza. Llegó la noche, agarré unos pesos y me fui a caminar por las calles de Río. No quería esos festejos llenos de hipocresía. Me metí en una cantina, pedí una caipirinha. ¡Cómo dolía esa tristeza ajena! Me quedé tomando toda la noche con los que se fueron acercando. Me agarré una curda de padre y señor nuestro y me sentí bien. Hice algo necesario, que les debía a los brasileños.”
Se corrió de las luces y hasta se ocultó en el regreso triunfal a Montevideo. Antes de embarcarse, le mandó un telegrama a Catalina, su mujer: “No vayas al aeropuerto. No mandes a los niños. Quedate a esperarme”. Viajó de impermeable prestado, con solapas levantadas y un sombrero que enterró hasta los ojos. En Carrasco no lo vieron y se fue a deambular y perder horas que cansaran a sus vecinos hasta que depusieran la idea de homenajearlo. De madrugada llegó a su casa, saludó y se fue a dormir.
Ante el éxtasis de la consagración, el centrojás eligió ponerse al margen y se mantuvo inalterable.
Después confesó: “Nunca logré entender qué era eso de la gloria, la leyenda, el mito, tantas cosas que se han dicho. Al revés, me molesta todo eso. No me interesa. Conozco muchos casos de muchachos que creyeron que tocaban el cielo con las manos, que eran importantes, insustituibles… y después se les vino el mundo al suelo. Les faltó calle, o les faltó humildad”.
El reconocimiento que cobró el plantel de la hazaña fue un puñado de monedas, que los veinte años -¡veinte años!- de demora en pagarlas habían desvalorizado. Varela solía repetir que nació “antes” en referencia a que recién cuando dejó de jugar comenzó a circular más dinero en el fútbol. Su fiereza para negociar los contratos, tanto como los premios de todos los planteles que integró, lo hicieron una persona temida por los dirigentes. Cierta vez quisieron darle el doble que a sus compañeros y, no sólo que se negó, sino que exigió que le aumentaran esa suma a cada jugador.
Jugó en Deportivo Juventud y en Wanderers, antes de pasar a Peñarol, con el que ganó seis campeonatos. Nunca acuñó fortunas. Encima, en una ocasión perdió los ahorros de un largo período, quemados detrás del horno. Un escondite poco eficaz.
Nació pobre en el barrio de La Teja y eso lo obligó a lustrar zapatos y vender diarios para llenar el plato siendo niño. En ese entonces se le borró el apellido paterno, Muiños, para ser Varela
solamente. De ahí en más se plantó en el medio de la cancha y de la vida. Se negó a vestir publicidad en su camiseta, encabezó huelgas solidarias.
Justamente, el escritor Eduardo Galeano escribió sobre él respecto del extenso paro del ’48, que pudo mantenerse por su firmeza. “Mucho los ayudó el ejemplo de un hombre de frente alta y pocas palabras, que se crecía en el castigo, levantaba a los caídos y empujaba a los cansados: Obdulio Varela, negro, casi analfabeto, jugador de fútbol y peón de albañil”, dijo el poeta. Poco después de que su Catalina de toda la vida bajara los brazos, se dejó vencer por el asma y la tristeza en 1996 y antes de cumplir 79 años, murió tan lejos del bronce como se lo había propuesto.
El final del libroObdulio. Desde el alma, publicado en 1993 por el periodista Antonio Pippo, refleja un diálogo en el que ambos, autor y protagonista, encuentran las palabras exactas con excepcional lucidez para describir al símbolo.
–Acá me encierro y escucho a Gardel. Me dedico a esperar lo inevitable, ¿se da cuenta? A veces miro alrededor y me pregunto qué fue lo que pasó, qué es lo que hay acá realmente. Quién fui y quién soy… Usted, por ejemplo, buscaba un padre ¿no? Le diría que se tomó mucho trabajo al santo botón, porque, ¿qué es lo que ve aquí?
–Apenas un hombre. Y cariño. Cariño por todas partes.

martes, 15 de junio de 2010

Y el himno se llenó de oes

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 15 DE JUNIO DE 2010

En nombre de abreviaturas que se dicen necesarias, razones bastante controversiales borraron las letras del himno. Un poquito de emoción, de pecho inflado, de ojos mojados y ya: que salten a la cancha de una vez, que con eso alcanza, dándole un sitio de escasos segundos a cada canción patria en el Mundial. Y, como al achicarse quedan libres solamente un puñado de acordes musicales, la hinchada llena los vacíos con prolongadas “oes”.

El formato impone el modo rápido que condena a las palabras que pasaron la prueba de la blancura e, impolutas, permanecen allí desde que el 11 de mayo de 1813 la Asamblea General las aprobó. Acaso extrañen a sus compañeras, borradas por decreto con firma de Julio Argentino Roca el 30 de marzo de 1900. Todavía faltaban 30 años para que se celebrara el primer Mundial, de manera que aquella vez nada tuvo que ver la pelota.
Luego de masacrar indios indóciles, don Roca argumentó y dispuso durante su segunda presidencia: “Que, sin producir alteraciones en el texto del Himno Nacional, hay en él estrofas que responden perfectamente al concepto que universalmente tienen las naciones respecto de sus himnos en tiempo de paz y que armonizan con la tranquilidad y la dignidad de millares de españoles que comparten nuestra existencia, las que pueden y deben preferirse para ser cantadas en las festividades oficiales, por cuanto respetan las tradiciones y la ley sin ofensa de nadie, el presidente de la República, en acuerdo de ministros decreta. En las fiestas oficiales o públicas, así como en los colegios y escuelas del Estado, sólo se cantarán la primera y la última cuarteta y coro de la canción nacional sancionada por la Asamblea General el 11 de mayo de 1813.”
Desde entonces y hasta la hilera de “oes” nacida en las canchas, se canta la versión que el general juzgó adecuada.
De un plumazo se voló la poética definición inicial: “Se levanta a la faz de la tierra / Una nueva y gloriosa Nación / Coronada su sien de laureles / Y a sus plantas rendido un león.”
De todos modos, esa majestuosa introducción no debe haber sido la más molesta. Sin dudas, con mayor placer habrá condenado al olvido la mención aborigen: “Se conmueven del Inca las tumbas / Y en sus huesos revive el ardor / Lo que ve renovando a sus hijos / De la Patria el antiguo esplendor.”
Apelaciones a “gritos de venganza, de guerra y furor” contra los “los fieros tiranos” con “estandarte sangriento”, por supuesto que configuraron el escándalo para la élite dominante en los albores del siglo XX.
Mientras el país se hacía y buscaba sus límites e identidades, el Triunvirato había sugerido al Cabildo, en 1812, que mandase a confeccionar “la marcha de la patria”. Así fue que la Asamblea del año XIII aprobó la composición de Vicente López y Planes y Blas Parera. “Marcha Patriótica”, luego “Canción Patriótica Nacional”, y más tarde “Canción Patriótica”, la versión de Roca, con retoques musicales de Juan Esnaola, fue aceptada como oficial el 24 de abril de 1944 por otro decreto de un militar, el presidente de facto Edelmiro Farrell.
Acomodado el himno para que España no se ofendiese, la historia oficial pudo comenzar a escribirse sin las habituales incomodidades que genera mencionar a las cosas por su nombre. “A vosotros se atreve ¡argentinos! / El orgullo del vil invasor (…) A esos tigres sedientos de sangre / Fuertes pechos sabrán oponer”, dejó de decir la verba fervorosa.
El original, como se ve, era un clarísimo manifiesto que no sólo se plantaba frente al colonizador, sino que indicaba a la América como un todo. “¿No los veis sobre México y Quito / Arrojarse con saña tenaz? / ¿Y cual lloran bañados en sangre / Potosí, Cochabamba y la Paz? / ¿No los veis sobre el triste Caracas / Luto y llanto y muerte esparcir? / ¿No los veis devorando cual fieras / Todo pueblo que logran rendir?”
Y a la hora del reparto de sitios en ese furor revolucionario apagado a sangre y fuego por el invasor y sus cómplices locales, establecía con certeza el rol en el marco continental. “El valiente argentino a las armas / Corre ardiendo con brío y valor… Buenos Aires se pone a la frente / De los pueblos de la ínclita Unión / Y con brazos robustos desgarran / Al ibérico altivo león (…) La victoria al guerrero argentino / Con sus alas brillantes cubrió /Y azorado a su vista el tirano / Con infamia a la fuga se dio.”
En definitiva, si el poder expulsó primero los conceptos que le resultaron embarazosos y la vorágine televisada, luego, los pocos que quedaban, acaso los condenados a repetir largas sucesiones de “oes” puedan usar el recurso al rescate de viejas ideas. Siempre con “o”, para entrar en tempo, acaso podría escucharse en los estadios: “Rocoso provocó bochornoso borrón / Los godos, Colón o Borbón, todos son horror / Opto yo, gozo groncho, colmo fogozo / Coro grosso, hondo honor, nosotros somos todos los morochos.” O no

domingo, 13 de junio de 2010

El milagro que nace

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 13 DE JUNIO DE 2010

Despunta el milagro cotidiano en los hombres nuevos de todas las horas. Los pesados muros de concreta exclusión los esconden, los apartan, los niegan. Pero el milagro nace y los desborda.
Meten miedo esos hombres. Desafían a las miradas de soslayo que los escrutan.
Cantan un gol en harapos que, de grandioso, iguala.
Gritan los locos, retumban los pasillos del abandono. La lágrima escapa, en algún suelo de barro un viejo elástico de colchón se deja posar en ladrillos y espera que el fuego tueste lo que cada uno trajo.
La lluvia no llega a licuar nada. Apenas humedece lo que ya está humedecio. En el cielo gozan los que dicen que mataron.
Allá lejos, donde el relato ramplón invierte los colores del cuento de hadas que, esta vez, es de blancos malos que unos negros buenos hicieron recapacitar, otros tipos gastan la eterna escena de gloria del crack y la pelota.
Entregan la magia que recorre y no discrimina. Se alegra el que puede comprarla en 50 cuotas sin intereses, el que la abraza completamente descalzo, el que casi la desprecia, el que no la resigna, el que se conmueve, elue la defiende, el que la busca, el que la necesita y el que tiene de sobra.
Apretadita se queda, aferrada a la convicción de que eso, también eso, no se puede robar, ni escamotear, ni vender, ni alquilar.
Vive, late, sufre, pelea, disfruta. Solidaria, se deja estrujar en apretones populosos que la amparan y protegen.
Hay voces desde allá que amplificn las palabras que importan.
Hay sangre desde acá, que baila con ritmo propio.
Que agrega un visceral ¡Carajo! al festejo mundial... y al milagro de todas las horas.

jueves, 27 de mayo de 2010

Abanderado

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 27 DE MAYO DE 2010

Sobrelleva con nobleza todas scontradiccions, natura, esenciales. Aprisiona en un cuerpito de un metro sesenta los fulgores de dios que le asignaron sin preguntarle nada. Se alegra, se enoja, provoca, se equivoca, como todos, como nadie.
Seguramente es de abao, de bien adentro, que le nacen las ideas acerca de sus posiciones. A la hora de optar, no duda y puede vérselo invariablemente del lado del más débil.
Es "El Diego" cada vez que vuelve a Villa Fiorito, cuando participa de incógnito en una marcha de repudio al atentado a la AMIA, el que se abraza a Fidel Castro y defiende a Cuba, el que se sube a un trn junto a Hugo Chávez, Hebe de Bonafini y Evo Morales para rechazar a George Bush y el ALCA, el que cuestiona en la cara del papa Juan Pablo II la abundancia de oro en el Vaticano, el que va a La Paz para defender el derecho boliviano a jugar en su ciudad que besa las nubes. el que simboliza la Italia sureña, pobre y olvidada. Acaso, el que conserva las marcas de la escasez acuñadas desde los primeros gritos en el Hospital Evita de Lanús y en las calles de barro y de barrio.
Ni necesidad tiene de meterse en esos líos, pero se involucra.
Se enfrenta y se expone a la tilinguería que le cuenta las costillas todo el tiempo y se escandaliza con falsa m a la espera de que el tipo sonría como prócer de estampita y se serene de una buena vez. No va a complacerlos. En estas horas renueva si incondicional veneración por el Che y se dej ver derramando cariño con el viejo Calica Ferrer.
Después pita largo un habano, habla de fútbol, se ensusiasma y mantiene la zurda lista, dispuesta para patear el próximo hormiguero.
Probablemente recuerde al mismo Ernesto Guevara cuando, en referencia a los moderados y a los que piden moderación dijo, justamente, que ese es el mote de los que "tienen miedo o piensan traicionar de alguna manera". A un lado y al otro de sus cambios de pensamiento, en esos dos fallidos a Diego nunca se lo podrá encontrar.

sábado, 22 de mayo de 2010

Viejo es el viento…

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 22 DE MAYO DE 2010


¿Será el dolor en los gemelos cuando se endurecen?, ¿Quizá el bazo presionando como queriendo salirse?, ¿Tal vez la necesidad de dar todo lo que se tenga, conseguir un poco de oxigeno y llegar hasta el pase largo –“te la pedí corta, che”-? ¿O los sueños sin vencimiento de encontrarse un día sorteando escollos con la pelota obediente y definiendo en el último minuto? ¿Dónde habrá quedado escondida la clave que juramenta amor eterno a una camiseta que sólo visten amigos, que de tanto juntarse ahuyentando al tiempo se han puesto viejos?
Infaltable cita de honor en el club Huracán de San Justo a la siesta de los sábados y la nochecita de los miércoles, un grupo de compañeros se junta, quiere, respeta y protege desde hace 40 años, con la pelota como excusa. Juegan, que de eso se trata, aunque el menor de ellos pisa los 60 y el mayor bordea los 90. Concentran sus individualidades y emergen unificados en el nombre que ellos mismos glorifican: La Mesa 14.
“Muchas veces me pregunto qué es lo que llama la atención de lo que hacemos nosotros, no lo sé realmente, de lo que estoy seguro es de que esto es vivir”, asegura Jorge gallego López sentado en el patiecito que oficia de antesala a la cancha de once, donde el resto lo va rodeando en la larga y festejada previa de un partido cualquiera.
La única licencia que aceptaron a las reglas tradicionales del deporte, es la incorporación de un segundo árbitro. Acaso para que el esfuerzo se reparta entre dos, quizá por la tradición de apegarse a ciertas normas establecidas. Las propias se guardan bajo promesa de garantía de silencio y sólo trascienden unas pocas ante la evidencia del castigo. Es que cada asociado recibe un llavero distintivo y acepta respetar el pacto que contiene, aseveran, las bases que los mantienen unidos.
Compungidos, entonces, confiesan sin elevar la voz que debieron tomar medidas drásticas con quienes vulneraron el compromiso y, luego de jugar, se marcharon sin quedarse a tomar el vermú, falta considerada de las más graves y merecedora de expulsión.
Esas sangrías forzadas los afectan y, a pesar de ser casi 50 integrantes, extrañan a los que se fueron por no haber comprendido cómo son las cosas y, por caso, quebraron la prohibición de cercanía de mujeres. “Para evitar problemas”, explican, la única autorizada es Betty, la buffetera del club.
“No somos machistas, -aclara el gallego- simplemente la experiencia nos indicó que era mejor tener a nuestras esposas afuera de esto. Algunas son amigas entre sí, pero acá no las dejamos venir, ni las sumamos a nuestros viajes. Cuando lo intentamos, necesitamos de seis meses para arreglar líos que se habían generado en dos días. No, viejo. Mejor que las mujeres no vengan. Y si algún pollerudo tiene problemas, que se arregle él. Son nuestras reglas y el que integra la Mesa, el que se hace acreedor al llavero que lo identifica, debe aceptarlas”.
Cuatro décadas cimentando esos valores, esas formas, esas creencias. El calendario modificó apenas algunos detalles como dejar de jugar contra otros equipos, pues amparados en el concepto de veteranos, sus rivales los enfrentaban con mayoría de jugadores de alrededor de 40 años y comenzaron a perder seguido. Antes de tomar esa decisión enfrentaron a Boca y River y realizaron encuentros en muchos lugares del país y Uruguay. Despreciando contendientes, entonces, organizan excursiones para armar sus picaditos en el interior y pasarse un par de días a carcajada adolescente con tono de estudiantina. Es que el orgullo no se negocia. Jugar bien es una sentencia estampada a fuego que da un prestigio indudable hacia fuera y que vuelve para adentro como añoranza profunda. Seguir jugando, cuando el resto ya habla en pasado, supone ofrecer al riesgo los laureles cosechados. No obstante, tal vez quizá justifique todo y por eso reparten los dos juegos de camisetas entre sí. Azul y blanco para un lado, rojo y blanco para el otro. Todos con el 14 en el pecho y el 1 formado por el dibujo de una botella de vino.
¿60, 70, 80, 90 años? ¿Quién dice cuál es el límite? ¿El cuerpo que chilla?, ¿La familia que se preocupa?, ¿Quién? Ellos buscan goles sin obtener esa respuesta y firman la sentencia de que el sueño del pibe puede cumplirse cualquier día. Un gol que infle la red, el olor a linimento, el tac, tac, tac de los tapones a punto de acariciar el manto sagrado. El verde es más verde cuando se lo espía contando los minutos para meterse a jugar. Como siempre, como nunca. Como en Huracán de San Justo a la siesta de los sábados y la nochecita de los miércoles.


... Y todavía sopla
FAMOSOS
En la zona de San Justo son muy conocidos y lo eran aún antes de convertirse en la Mesa 14. En la época en que jugaban en el Ateneo Don Bosco organizaban picados los domingos para el que había que anotarse previamente. Jugaban, obviamente, los primeros 22 y entonces iba gente a las 3 de la mañana. Hasta tuvieron que hacer guardias ante ciertas trampas que descubrieron.

LA PASTILLA
“Una vez fui a un médico porque me sentía cansado, débil, y le pregunté: ¿no puede darme una pastilla? El doctor me respondió, `usted ya toma la pastilla´. Debe esta confundido, le respondí, porque no tomo ni una aspirina. Y ahí me pregunta, `¿usted no es de la Mesa 14?, bueno, ésa es la pastilla, vaya tranquilo´. No sé si es exactamente un ejemplo nuestra unión, pero estoy convencido de que a la juventud pueden interesarle ciertos valores que no siempre la televisión transmite”. Rubén Endrigo, quien dice que pasó los 70.

ENCONTRAR A PAPÁ
Ismael López es quien le pone palabras más certeras a un golpe que los afectó mucho, pero los revivió, también. “Cuando murió Horacio fue un mazazo muy fuerte. Durísimo. Tenía 52 años y ese día, contra Boca, había querido dirigir y no atajar. Terminó el primer tiempo y cayó fulminado en la cancha. A los pocos días vinieron sus dos hijos, de casi 30 años y nos dijeron: `muchachos, quédense tranquilos porque papá murió cómo y dónde quería: en la Mesa 14´. Después empezaron a venir, sobre todo uno de ellos y se quedaba a un costado, nos miraba cuando jugábamos al truco. Un día le pregunté qué hacía metido entre viejos y en el lugar donde se había muerto el padre. Me dijo, `vengo para saber cómo era mi viejo. Él era él acá´. Como era un gran jugador de truco creamos la Copa Horacio Damonte que entregamos al ganador del torneo que organizamos”.

domingo, 16 de mayo de 2010

Y Diego va

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 16 DE MAYO DE 2010

Y Diego va. La barba de dos colores lo denuncia pisando los 50, pero anda con la ilusión de u chico y proyecta con la sensatez de un adulto. Se sirve con dudosa eficacia de la prensa canalla que antes lo defenestró y ahora empieza a acomodar el discurso ante la evidencia de que la Selección  nunca dejó de ser candidata firme a discutir que sus letras quepan en los lugares de privilegio. Si hasta podría verse a ciertos personajes  tomando del hombro con falso cariño y excusándose por aquellas palabras con las tres que suelen justificar todo: “son sólo negocios”, deben haber dicho otra vez.

El 10, a pura nobleza, cuelga el traje de dios con que lo vistieron y se somete al juicio de los comunes. El final del recorrido a la copa que dos veces fue presumida compañera y hace años vive en casas de otros. Sudáfrica se vislumbra como un nuevo y asombroso capítulo del rey que muere y renace continuamente. Quizá después de eso ya no se le pueda pedir más. Aunque con él nunca se sabe.
Eduardo Galeano le tira un centro desde estas páginas. Lo mima, lo banca, le aconseja una finta elegante. Además, aunque se refiere a Uruguay, sintetiza con la brillantez que que ilumina a esta margen del mismo río. Dice el poeta: “tenemos un hermoso pasado por delante”. Y acaso no sea una melancólica letanía, sino más bien un mensaje atávico. Un destino que vuelve para recordar que ahí está, también, en la belleza del deporte que desmiente el elogio estéril, desprecia la diatriba interesada y atraviesa a una sociedad que renace de sus ruinas tras el descenso hacia el infierno de la desigualdad más grave que registre la historia doméstica.
Ese mandato al que Claudio Borghi le agrega una rabona para que Argentinos enamore. El que recompone los lazos quebrados e incluye haciendo lugar para todos.Tal vez en un mundo acostumbrado a darle valor supremo a los números, con los resultados puestos se trate de hablar de fracaso con las mismas frases pueriles conocidas y gastadas. Mientras tanto, dejugar se trata y es hora de salir a la cancha.