viernes, 31 de diciembre de 2010

Nace una revista creada, pensada y dirigida por asambleas populares

Publicado en Tiempo Argentino el 31 de diciembre de 2010

El “lanzaNOmiento” será el domingo 2 de enero


Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar





Hartos de las versiones en las que siempre son culpables. Hastiados de los voceros que hablan por ellos, pero no con ellos. Dueños de una Garganta Poderosa que se vuelve letras desde el barrio y el barro, nace la primera revista mensual pensada, redactada, ilustrada, fotografiada, dirigida y financiada por la organización popular de las asambleas vecinales de Zavaleta, Rodrigo Bueno, Villa 31 Bis, 21-24, Fátima y las ranchadas de Capital.

Con los títulos debajo, “porque para nosotros todo lo importante está abajo”, y el alfabeto qom en remplazo de la numeración occidental, en la tapa aparece Román Riquelme a puro grito y, en la contra, llevando el índice a sus labios. El 10 aceptó una larga charla, pero también hay unos mates con Joan Manuel Serrat, la historia viva de la Villa 31 Bis, una receta condimentada de humor, un CruciGranma, una respuesta a Facundo Pastor, un encuentro entre los herederos de Carlos Mugica y el Che Guevara, una visita de Hip Hop Man, un diálogo de fotos y palabras, clasificados y avisos no rentados, porque “para publicitar no revuelva monederos, los comercios a la vista, son de buenos compañeros”.
La historia comenzó hace tres meses, cuando en la cooperativa de comunicación popular de la Organización La Poderosa, se concluyó que por un lado los medios tradicionales no reflejaban las vivencias barriales y, por otro, era evidente la inexistencia de referentes periodísticos surgidos de los sectores populares. Así se resolvió que cada asamblea designara a los futuros ocho redactores, tres fotógrafos y un dibujante para que recibieran una beca y se formaran. Luego se acondicionó una sala que preside una vieja Olivetti.
Antes de alumbrar, ya recibió encendidos elogios en medios de prensa, como una extensa editorial de Víctor Hugo Morales. Sin embargo, La Garganta estallará el 2 de enero en un festival a las 15:30, en Kevin y Che Guevara, Zavaleta, al que adhirieron, entre otros, el hijo de Jorge Julio López, la mamá de Luciano Arruga, Elvira Sánchez (hermana del atleta desaparecido Miguel Sánchez), Claudio Morresi, Eduardo Anguita,
Alejandro Dolina, Alejandro Fabbri, Martín Sharples, “Pitu” Salvatierra, Pablo Ferreyra (hermano de Mariano Ferreyra), Nora Cortiñas y Tati Almeyda, Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora, Estela de Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo, Demetrio Iramain, director de la revista Sueños Compartidos de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el SERPAJ, Glenn Postolski, director de Ciencias de la Comunicación de la UBA, la escuela Che Guevara de Berazategui, la embajada de Cuba, Osvaldo Bazán, Gustavo Lombardi, Román Iutch, Alejandro Apo, Facundo Sava, Paula Santoro, Juan Sasturain y Mauro Navas.
Con la recaudación se garantizarán la impresión del número de febrero y las becas. Y así, cada asamblea barrial invertirá el dinero que destinaba a eso en el incremento de la tirada. De este modo, con aportes voluntarios 100% anónimos y sin publicidad, en marzo se imprimirán 10 mil revistas, y antes viajará un corresponsal a Italia a cubrir la
Corsa di Miguel y otro a Formosa para entrevistar a la comunidad qom La Primavera..
A La Garganta Poderosa se la podrá adquirir en distintos puntos de Buenos Aires, la Costa Atlántica, Córdoba y Tucumán, o encargarla a lagargantapoderosa@gmail.com 
Y además se la podrá escuchar, como siempre, abriendo bien las orejas.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Independiente, mi viejo y yo

Un cuentazo de Eduardo Sacheri, mientras esperamos que los duendes del Rey vuelvan a hacer lo suyo.
Si lo prefieren, relatado por Alejandro Apo


“Mirá que esta noche es el partido”, me dijo él. Hizo bien porque uno, a los cinco años, no tiene una conciencia cabal de la periodización del tiempo. Como mucho distingue el sábado y el domingo, porque esos días no hay que ir al jardín, y papá se queda en casa a jugar con uno. Pero con los otros días y las otras noches, la cosa se complica. Por eso sin la advertencia de papá, hecha con el beso de recién llegado del atardecer, yo habría pasado por alto la infinita importancia de esa noche.Los preparativos fueron los de siempre. Mientras él encendía el Stromberg-Carlson con suficiente antelación para darle tiempo a las válvulas, yo le pedí a mamá la ropa apropiada para el evento. Primero se negó a lo del pantaloncito corto, aduciendo que era invierno y que hacía mucho frío. Yo argüí hasta el cansancio que los jugadores juegan con pantalones cortos, y al aire libre. Una salomónica intervención de papá desempantanó por fin el pleito: con pantalón corto, pero sentado cerca de la estufa de kerosene del comedor. Después me puse la camiseta roja con el cuellito blanco, con el once de cuero cosido en la espalda, igualito que Daniel Bertoni. Papá, mientras tanto, iba trayendo la colección de trapos rojos que colgábamos a modo de banderas. Había pañuelos, una frazada, un pulóver, un par de camisas chillonas. La lámpara de pie, el timón de barco que adornaba la pared, varias de las sillas, todos terminaron ocultos en nuestro rito ornamental y futbolero. Cuando llegué, rigurosamente ataviado con los colores reglamentarios, me llené los ojos de banderas rojas. Lo único que nos faltaba era el viento para que flamearan, como en la cancha. Papá se negaba, pese a mis acaloradas argumentaciones, a vestir también el atuendo correspondiente. Nada de camiseta. Y mucho menos de pantalones cortos. A mi me parecía un desperdicio, con tanto trapo rojo disponible y tan a mano. Pero él prefería verlo con su bata de siempre, calzado con sus chinelas ruidosas, con el paquete de Kent y el cenicero, pobrecito, para fumarse los nervios uno por uno. Mientras daban las últimas propagandas, y antes del aviso de “minuto cero del primer tiempo, es tiempo para una ginebra Bols” (o cosa por el estilo) que marcaba la hora señalada, papá se sintió en la obligación de preservarme de desilusiones demasiado abruptas. Me miró como me miraba siempre que tenía algo importante que decirme, con una mezcla de solemnidad y de ternura, con un bosquejo de sonrisa iluminándole los ojos. “Mirá, tipito –empezó, porque él me llamaba de esa manera cuando teníamos que aclarar cosas importantes-, que la cosa viene difícil.” Y volvió a enumerarme todas las dificultades que nos esperaban en esa noche de invierno. Que ellos habían ganado en Brasil, que nos habían pegado un peludo bárbaro, que no sólo teníamos que ganar, sino que debíamos hacerlo por no se qué diferencia de gol. Pero para mi sus argumentos sonaban confusos. ¿Acaso él mismo no me había dicho que Independiente era el rey de copas, que la copa, la copa se mira y no se toca, que los brasileños nos tenían un miedo descomunal, y que en Avellaneda y de noche se morían de frío, y no podían ni levantar las patas del paso? El trató de convencerme de que, pese a la absoluta veracidad de lo dicho en otras ocasiones, esta noche las cosas iban a ser muy difíciles y peliagudas. De todos modos, nos entonamos cantando un par de veces el “si, si señores, yo soy del Rojo”, y algún otro estribillo para ir matando el tiempo. Cuando finalmente se acabaron las propagandas, papá encendió la radio Phillips, con su estuche de cuero, que debía ser la primera portátil de Sudamérica (y la teníamos en casa). Le bajó el volumen a la tele: ambos sabíamos que los relatores de radio son mejores que los otros. Cada uno ocupó su sitio de siempre. Él en la cabecera de la mesa, y yo sobre el arcón de mirar la tele. Acercó la estufa de kerosene de ese lado para cumplir lo pactado en cuanto a temperatura corporal con la madre del win izquierdo en el bolsillo. Pero la carne es débil. No importa cuánta preocupación ocupe nuestro pensamiento, ni cuánta angustia agobie nuestro espíritu. Uno siempre termina teniendo hambre, o teniendo sueño, y sucumbiendo a esas necesidades poco altruistas. Empecé a cabecear apenas empezado ese partido inolvidable. Mamá me dijo varias veces que me fuera a la cama. Pero yo seguía ahí, impertérrito, sentado en el arcón, con las patas colgando y pateando en el aire como si estuviese en plena cancha en los escasos momentos de lucidez que tenía en medio de mi mar de sueño. Papá esperó un rato y después me dijo que me fuera, que me quedara tranquilo. Yo protesté que de ninguna manera, que teníamos que seguir ahí los dos, haciendo fuerza con los cantitos y las banderas. Él me dijo con aire confiado que no hacía falta, que igual sin mí íbamos a salir campeones, que me quedara tranquilo, que los teníamos de hijos. Ante semejante desparramo de confianza le hice caso y me dormí. A la mañana siguiente mamá me despertó para ir al jardín. Embotado de sueño me dejé vestir, abrigar y conducir a la cocina a tomar la leche. Después ella me sentó en el sillón del living para atarme los cordones, como hacía siempre mientras esperábamos que pasara el micro. Apenas me despabilé un poco recordé la noche de la víspera, y me desesperé preguntándole el resultado del partido. A la luz del día, y después de un sueño reparador, mi deserción de la noche me parecía imperdonable. Ella me miró y dijo no saberlo. Le pregunté por papá, y respondió que aún no se había levantado. Han pasado veinticinco años, pero aunque pasen sesenta voy a recordarlo como si hubiese sucedido hoy. La casa estaba iluminada por uno de esos soles oblicuos y tibios del invierno. Yo tenía el guardapolvo cuadrillé lila y blanco, y la bolsita en el regazo, bien agarrada a la diestra, para no olvidármela (otras veces me había pasado, y me había quedado sin el Jorgito de dulce de leche y sin la taza de plástico para el mate cocido; así que ahora la cuidaba más que a mi vida). De repente oí abrirse la puerta del dormitorio. Y enseguida escuché el clásico arrastrar de las chinelas en el parquet del pasillo. El corazón me dio un vuelco. Lo llamé a los gritos. Entró a las carcajadas, preguntándome el motivo de mi ansiedad. Yo lo interrogué por el resultado, ya totalmente despierto, ya absolutamente pendiente de lo que dijeran sus labios, ya indiferente a mamá terminando de atarme los cordones. Él se acercó, se inclinó, me dio un beso de buenos días, y se me quedó mirando con expresión jubilosa. Recién cuando volví a preguntarle me dijo que sí, que claro, que habíamos salido campeones de nuevo, y que no me olvidara en el jardín de decirle a todo el mundo que Independiente había vuelto a salir campeón de América. Yo, aún en medio de mi alegría, me hice el tiempo de preguntarle cómo habíamos hecho, si él me había dicho que era muy difícil, que en Brasil nos habían dado un baile bárbaro, que teníamos que hacerles como tres goles, que en el campeonato de acá andábamos como la mona. El me miró risueño, y sembró una semilla más en el fértil potrero de mis sueños de pibe.“Pero, tipito –empezó, como enunciando una verdad ya reiterada hasta el cansancio-, ¿no te dije que los brasileños ven la camiseta del Rojo y se asustan tanto que no pueden ni mover las patas? ¿No te dije que, con el frío, se quieren volver a su casa a comer bananas para entrar en calor? Por eso te dejé dormir. Porque era tan fácil que nos las rebuscamos sin tu aliento.” Y en medio de mi maravilla impávida, terminó: “Menos mal que te dormiste. Imagináte si te quedás despierto y gritás conmigo: les hacemos veinte goles y no quieren venir a jugar nunca más, y nos quedamos sin nadie a quien ganarle la copa”. Después me levantó en brazos y cantamos “la copa, la copa, se mira y no se toca”, y dimos la vuelta olímpica a los saltos, por toda la casa. Vino el micro y me fui al jardín de infantes. Supongo que ésos son los recuerdos que se le meten a uno en los recovecos del corazón, y echan cría y se nutren de su propio néctar, y nos marcan para toda la vida. Por lo menos así ocurrió conmigo. Y no me avergüenza reconocer que ahora, ya grande, cuando tengo un problema que me agobia, o cuando me toca sufrir por radio y por televisión un partido de Independiente y me como los codos por la ansiedad y la angustia (la vida me enseñó lo inconveniente que puede resultar fumarse los nervios), siento un impulso difícil de dominar, una tentación casi irresistible que me invita a irme a dormir, a abrigarme en la certeza de que mientras yo sueño, mi papá e Independiente, como duendes laboriosos, van a arreglarme el mundo para que yo lo encuentre refulgente en la mañana. Y queda en mí el mandato inexorable que dictan las fidelidades eternas. Cuando Independiente gana un campeonato –al fin y al cabo, Dios y sus milagros evidentemente existen- lo primero que hago, en la cancha o en mi casa, es levantar los brazos y los ojos hacia el cielo, abrazándolo a mi viejo a través de todos los rigores del destino, y por encima de todas las traiciones de la muerte. Lo que pasa es que tratándose del Rojo, de mi viejo y de mí, hay veces que la muerte es una señora que nos tiene un miedo bárbaro. Una vieja podrida a la que, de locales en Avellaneda, le tiramos la camiseta y podemos, de vez en cuando, llenarle la canasta. Todavía me acuerdo de ese número once de cuero blanco, cosido en la camiseta como el de Bertoni. Pero ahora también veo, cuando me fijo con suficiente atención, que mi viejo también lleva lo suyo. Lo tiene ahí, en la espalda, justo a la altura del nacimiento de las alas: un diez de cuero blanco, igualito igualito al de Bochini.”

domingo, 28 de noviembre de 2010

Seis presidentes americanos, unidos por el Camino del Inca

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 28/11/2010
En la próxima Cumbre de Jefes de Estado, las máximas autoridades de la Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú darán un paso clave para que la Unesco lo reconozca como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar

Transitando un destino inapelable de unidad, los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, suscribirán un documento conjunto la semana próxima en la XX Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos que se realizará en Mar del Plata, en un paso más hacia lograr que el Qhapaq Ñan, la red de caminos del imperio inca, sea declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El signo de los nuevos vientos trae noticias de añeja unión y hace casi diez años el proyecto comenzó como un sueño que es inédito en la UNESCO, ya que es la primera nominación que realizan 6 países en conjunto.
La declaración tendrá las firmas de Irina Bokova,  primera mandataria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y de Nuria Sanz, Coordinadora General del Centro de Patrimonio para Latinoamérica y el Caribe. Ambas recorrerán también la zona de Salta y Jujuy.
Bokova, de origen búlgaro, quien es la primera mujer que accede al puesto de Directora General de la UNESCO, llegará invitada por el senador de la Nación y  miembro del comité ejecutivo del organismo internacional, Daniel Filmus, y verá in situ los avances de un trabajo complejo y arduo.
Precisamente, Diana Rolandi, Directora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano y coordinadora técnica del Camino del Inca en Argentina, describe con precisión la tarea ya realizada y lo que se espera de ahora en más. “Esto es un proceso largo y nos fuimos armando. Además de tener que consensuar y combinar entre los países, nosotros, hacia adentro, somos una nación federal y el trayecto recorre las provincias de Jujuy, Catamarca, Salta, Tucumán, La Rioja, San Juan y Mendoza, a quienes debimos involucrar”.
En los cálculos se ubica una fecha todavía indefinida, pero en 2012, para que la declaración sirva de marco adecuado al festejo de los 40 años de la creación de la Convención de Patrimonio Mundial. Antes, en febrero de 2011, cada país tendrá sus informes listos para elaborar luego el documento único, traducirlo al inglés y presentarlo en julio de 2011.
“El grado de complejidad es muy grande”, explica Rolandi y enumera: “fechas, matrices, un vocabulario común, fondos económicos… son muchas las cuestiones a tener en cuenta para, luego, en base a directrices como itinerario cultural, estudios topográficos, arqueológicos y ambientales, cada uno elabore un expediente”.
El Qhapaq Ñan –Vía principal o El camino del Señor, o El camino andino principal, en quechua- constituye la mayor obra patrimonial de América del Sur y en sus más de 30.000 kilómetros de extensión reúne una complejidad de paisajes naturales y culturales que requieren de trabajos de restauración y de recuperación social.
Salía de Cusco, el llamado ombligo del mundo por los Incas, y se bifurcaba en cuatro direcciones por todo el Imperio, que ellos llamaban Tawantinsuy.
En el aspecto arqueológico, es comparable a las calzadas romanas, pero lo que lo diferencia es que sigue vivo, es usado por los pobladores de los Andes y alberga por ello importantes riquezas que la UNESCO llama “inmateriales”: lenguas, costumbres, músicas y todo tipo de formas culturales.
La red de “caminos incas” que surcan los Andes en realidad fue construida por civilizaciones anteriores, pero ellos las perfeccionaron y extendieron.
Podían ser de tierra afirmada, otras veces estaban empedrados e incluso con muros de contención, en ocasiones se adaptaban a las laderas en forma de escaleras y, en los casos más complejos, se tallaba la roca misma para crear peldaños, con una red de construcciones en su recorrido, que incluían los puentes colgantes sobre los ríos y las “collcas” o depósitos horadados en la roca donde se almacenaba cereales o habas para que los viajeros encontrasen sustento en épocas de penurias.
Involucrada de lleno en el propósito, Rolandi aporta, a modo de síntesis, la relevancia de lo perseguido. “Pienso que tener una mirada hacia los Andes –dice-, es dirigirse a un espacio muchas veces relegado pero que representa a todo lo que nos une”. El pasado y el futuro que se espera, no se animan a desmentirla. 


RECUADRO
La traza del sendero, secreto de Estado



La traza definitiva que se elevará a la consideración de la Unesco es un secreto que se mantiene bajo siete llaves. De hecho, todos los involucrados aceptaron un acuerdo
de confidencialidad que tiene que ver, básicamente, con la idea de dar pasos certeros y, además, respetar a las comunidades.
Con talleres y diversos estudios todavía en curso, los sitios seleccionados –ya que no se pretende declarar patrimonialmente a todo el camino incaico, sino segmentos representativos– no tienen aún categoría de definitivos. Además, muchas comunidades van a verse afectadas, pues es sabido que el caudal de turismo puede acrecentarse mucho tras la declaración, y por ello las autoridades quieren determinar con los habitantes qué carga de visitantes estarían dispuestos a tolerar.
La declaración de la Unesco que se busca no es una mera estampilla.
Se propone la realización de proyectos, programas de investigación, desarrollo y conservación que impulsen avances sustanciales, no solamente en el plano científico o de la protección y puesta en valor de los bienes, sino también en el del mejoramiento social y económico de las comunidades asociadas. Se trata de la aplicación del concepto de paisaje cultural y de lograr la participación de todos los sectores de la comunidad.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Repudio a la explotación infantil en granjas

PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE EN TIEMPO ARGENTINO

Los concejos deliberantes de Zárate y Campana firmaron declaraciones de condena.

Se involucraron tras la muerte de Ezequiel, un chico que pudo haberse contaminado en una de las 70 granjas que Nuestra Huella tiene en Buenos Aires y Córdoba. La justicia no contestó sobre un pedido de medida cautelar.

Por Damián Pussetto
dpussetto@tiempoargentino.com.ar

Al tiempo que los concejos deliberantes de Zárate y Campana aprobaron declaraciones de “repudio a todo acto de explotación infantil”, el juez federal Adrián González Charvay todavía no dispuso ninguna orden, a una semana de un nuevo pedido de cautelares “urgentes” en resguardo de los 200 niños y sus familiares que están expuestos a venenos cancerígenos en las granjas de la firma Nuestra Huella, donde, tal como se demuestra en horas de video entregadas a la justicia, vivía y trabajaba Ezequiel Ferreyra, quien murió el 16 de noviembre pasado.
El viernes 19, representantes de la Fundación Alameda y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) solicitaron que “se proceda a la intervención judicial de la empresa, con expresa prohibición del empleo de plaguicidas y tóxicos que no respeten las normas de bioseguridad, se realice un relevamiento de las personas que habitan en todas las granjas afectadas a la producción avícola”, que se efectúen “estudios médico legales”, en especial a “mujeres y niños, a los fines de determinar su posible intoxicación por contaminantes, y se arbitren las medidas necesarias para hacer cesar el origen del foco contaminante”.
En el Juzgado Federal Nº 2 de Zárate-Campana hay quienes susurran que el magistrado se habría comprometido a tomar disposiciones de fondo, que aún no se materializaron. Durante la semana entrante, Alameda completará los trámites formales para ser reconocida como querellante, lo que representará un cambio sustancial.
En rigor, en las otras dos causas judiciales que involucran a la empresa la inacción es mucho más palpable. El juez Claudio Bonadio, titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 11, recibió en octubre de 2009 la denuncia en la que se imputa a Guillermo Garibotti, Matías Esteban Garibotti, Luz Luaces, Viviana Vallejos, Alejandra López Camelo y Leticia García Ester de Luaces y a las empresas Nuestra Huella S.A, Ovoprot Internacional, Ovoprot Argentina SA, Walmart, Disco, Carrefour y Coto por “conductas ilícitas que desembocaron en gravísimas violaciones a los Derechos Humanos”. Más de un año después, el trámite no avanzó.
Sin embargo, existe un antecedente más antiguo todavía. En 2008, la jueza de Garantías en lo Penal de Zárate-Campana, Graciela Cione, tomó la acusación por reducción a la servidumbre y trabajo infantil y ni siquiera elevó la causa a juicio oral tras la solicitud del fiscal Juan José Maraggi. La letrada ni siquiera llamó a indagatoria a los sospechosos.
Acaso sean los buenos y aceitados vínculos políticos los que aletarguen las resoluciones. Un complejo entramado de parentescos y allegados pone en relieve a Humberto Zuccaro, intendente de Pilar, primo hermano de la presidente de la compañía, Alejandra López Camelo, y al cuñado de ella, Jorge Herrera, secretario general de la seccional zonal de Uatre. No menos llamativo es que el ex jefe comunal pilarense, Sergio Bivort, haya patrocinado a la firma como abogado.
No obstante, quizás el tejido comience a mostrar grietas por donde se filtren, por ejemplo, las posturas de los concejos de Zárate y Campana, en las que se piden informes a la Subsecretaría de Trabajo, la Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil y se remiten copias al Departamento de Derechos Humanos del municipio de Zárate, a los concejos deliberantes de Exaltación de la Cruz, San Pedro, Escobar y Pilar y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. En Campana, también, se le exige a la justicia que actúe con celeridad y el texto fue aprobado por unanimidad. Tal vez llegue el momento en que las palabras adquieran la fuerza que motive la acción de los inactivos y la sentencia de la próxima muerte se evite.