jueves, 3 de marzo de 2011

Por la rentabilidad, las licencias de taxi valen el doble que en 2009

PUBLICADO EN TIEMPO ARGENTINO EL 2 DE MARZO DE 2011


Por Damián Pussetto
El valor promedio es de 70 mil pesos, muy lejos de los 3000 que costaban en 2000. El dato es uno más de los que reflejan la recuperación de un sector que en los ’90 daba refugio a profesionales y hoy no cubre todas las vacantes.
 

Números.  38 mil licencias de taxi habilitadas, según el Ente Único Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.  36 mil activas, según afirman fuentes de la Subsecretaría de Transporte comunal. 70 mil pesos hay que pagar por una de ellas, el doble de lo que costaba hace poco más de un año, muchísimo más que los escasos 3000 que cotizaba en 2000. 25 mil choferes que pagan alquileres de entre 200 y 300 pesos diarios, o trabajan por el 30% de la recaudación, como estipula el convenio. 5000 faltan y “cuesta encontrarlos”, confiesa  Jorge Celia, presidente de la Sociedad de Propietarios Automóviles con Taxímetro (SPAT).
GENTE. Si el descenso hacia la crisis más grave que pudiera registrar la historia doméstica tiró al piso el valor de los permisos, el mapa laboral comparado también es elocuente. “En esa época –recuerda Celia, titular de SPAT, la entidad más añeja del rubro, con 75 años– era habitual ver a psicólogos, abogados o plomeros manejando taxis. Nosotros, en buena medida vamos recibiendo a muchos excluidos del mercado laboral y la verdad es que se nos complica hallarlos ahora porque hay muchos menos.”
PRECIO. La novedad actual es que la tradición era que los importes acompañaran al dólar y esta vez no fue así, con la divisa verde planchando. Antes de caerse tanto, las licencias habilitantes rondaron los 25 mil pesos, allá por 1997 y 1998, después, la debacle y la lenta recuperación. En 2006 promediaron los $ 23 mil; en 2007, $ 27 mil; en 2008, rompieron la barrera de los 30 mil; y en 2009, la mitad de lo que se tasan en la actualidad. Aunque el récord lo tiene la ciudad de La Plata, con ofertas de hasta 120 mil pesos. En la Ciudad de Buenos Aires también hay transacciones de 80 mil y hasta 90 mil billetes. En ese punto, los que conocen la calle recomiendan tomarse el tiempo y recorrer para conseguir más baratas. 
HERENCIA. Con un padrón ensanchado fundamentalmente en las gestiones de Carlos Grosso y Jorge Domínguez, con cesiones a diestra y siniestra, el 11 de noviembre último se cristalizó en la Legislatura un acuerdo entre funcionarios, patrones y trabajadores, para poder dotar de certeza y razonabilidad a la flota. En el marco de una ley que reglamentó varias cuestiones relacionadas con el sector, se dispuso suspender “el otorgamiento de nuevas licencias hasta que el número total de vigentes sea de 32 mil”. Es decir, depurar, a esperar que caduquen las que sobran, y que el valor siga subiendo.
CAUSAS. Tanto las asociaciones empresariales, como las gremiales y los organismos estatales consultados por Tiempo Argentino coinciden en resaltar que la suba obedece, básicamente, a dos variables: 1) La rentabilidad actual. 2) Mucha gente lo utiliza como inversión, obteniendo un dinero mensual que les aseguran las mandatarias y que representa un buen negocio.
SOCIOS. El trato entre propietarios y peones reconoce modalidades propias de la actividad. Aun en relación de dependencia y con aportes de ley, el cuentapropismo se advierte en los pactos que se cambian en beneficio de las partes. El convenio colectivo de trabajo vigente señala que un chofer debe llevarse el 30% de la recaudación diaria, sin embargo, muchos optan por alquilar con una suma fija. Enrique Celi, presidente de la Unión de Propietarios de Autos Taxis, tiene su visión al respecto. “Eso nació para protegerse de los que trabajan mal. Si el chofer apaga el reloj y hace viajes que no están registrados, le ocasiona un perjuicio al dueño que, entonces, estipula un monto que tiene garantizado.”
CUENTAS. Alejandro Crespo, a ambos lados del mostrador, porque maneja su auto y da en alquiler otro, explica que “cuando se trabaja bien, al empleado le conviene porque puede hacerse una diferencia. Es una cuestión simple de números, lo que se está pagando por día para hacer un turno largo se consigue en cuatro, cinco, o seis horas, una vez que lo recauda, gana para él. Si, en cambio, se lleva el 30% del total, es menos. En los tiempos malos, el que gana es el patrón, porque se asegura el monto pase lo que pase, pero ahora no porque hay mucho trabajo”.
SINTONÍA. Celi también transita esos caminos y certifica que “el aumento de tarifa reciente se vuelca en salarios y mantenimiento. Nosotros habíamos pedido un 35% porque tenemos que equilibrar entre emparejar los costos y no hacer el servicio demasiado elevado, tal que la gente no nos tome. Lo concreto es que alquilando o a porcentaje, cualquier chofer llega cómodamente al mínimo de $ 2800”. 
TEMPERATURA. Desde la SPAT, Jorge Celia apura una definición que resuma pasado y presente: “El taxi es un termómetro del país, cuando hay dificultades se nota y cuando vamos bien, también. La verdad es que nosotros pensamos que las licencias están subvaluadas y que van a subir más todavía”. ¿Quién podría apostar que no será así?