viernes, 1 de septiembre de 2006

Ventas al por mayor, saldos de ocasión

Por DAMIÁN PUSSETTO

Especial para FÚTBOL MUNDIAL

Acosado por la falta de buenos resultados deportivos que contrastan con los que sí obtiene su rival, Boca Juniors, con una deuda global estimada en 30 millones de dólares, aprobada la venta de un grupo de jugadores en paquete listo para desarmar, con la influencia de la barrabrava muy visible y con su presidente, José María Aguilar, procesado en la Justicia por evasión impositiva y con piadosa licencia, el gigante Club Atlético River Plate pasa sus días agitados y reconociendo problemas que siempre vio cómo los transitaban otros. Nunca él.

Una agitada reunión de Comisión Directiva de finales de septiembre pareció elevar la tensión hasta el punto de la explosión. Retiro de vocales por la minoría, renuncias en el oficialismo, vacaciones concedida al titular de la institución y una transacción al por mayor aprobada casi a libro cerrado, fueron el menú de la discordia.

Argumentando exigencias del poderoso caballero “don dinero”, se cerró trato con el

empresario israelí Pinas Zahavi para que, mediante el depósito de 13 millones de dólares, se hiciera con los pases o porcentajes de Gonzalo Higuain, Fernando Belluschi, Augusto Fernández, Juan Antonio y Mateo Mussachio. A todos los inscribió en el Locarno de Suiza, aunque difícilmente alguno vista esa camiseta. No sería extraño, tampoco, que compartan equipo con Javier Mascherano y Carlos Tévez en el West Ham inglés ya que versiones muy fuertes indican que el comprador es en realidad un testaferro del iraní Kía Joorabchian, dueño de los destinos de éstos.

Deme dos

Por Belluschi e Higuain, que se irán del club en junio de 2007, percibirá 12.000.000 de dólares, en tanto que el millón restante será por los juveniles Antonio, Fernández y Mussachio que se quedarán en Buenos Aires hasta 2008. También se estableció el modo de repartir los excedentes de hipotéticas y futuras transferencias. Por los dos primeros habrá reparto igualitario en sumas obtenidas superiores a los 6 millones, mientras que por los demás, el club retendrá el 60 por ciento, a excepción de Antonio, por el que se debe compartir ganancias con la Comisión de Actividades Infantiles (equipo del ascenso en Argentina) que ostenta el 40 por ciento de su ficha.

El tesorero de la institución, Héctor Grinberg, se apura en calificar la operación como “muy beneficiosa” y confiesa que es urgente atender el “déficit operativo que es grande”. Sin embargo, no avanza y se niega a establecer cuánto queda en rojo en la columna del debe mes a mes. Los cálculos más racionales ubican a la merma en la friolera de 4 millones y medio de pesos, algo así como un millón y tres cuartos de dólar cada treinta días.

Acaso con ese mismo afán de conseguir que las deudas comiencen a ser más flacas, los dirigentes cerraron trato con el Mallorca español para ceder al arquero Germán Lux. El ex integrante de la selección argentina perdió el puesto de titular a manos de Juan Pablo Carrizo y eso lo ubicó en el terreno de los negociables. Cinco cuotas de 400.000 dólares, dinero fresco para la caja y todos contentos ¿Todos contentos? Pues no, el jugador advirtió días después que se les había pasado por alto preguntarle a él, justamente, si aceptaba marcharse y se dispuso a resistir.

Rematando las joyas

En tanto, la oposición política no logró evitar el propósito como sí lo consiguiera antes al frenar la megaventa de 16 juveniles de las divisiones menores por 3 millones de dólares. Andrés Ballotta, un joven directivo grafica con una frase la visión del momento del club: “es un barco a la deriva”, dice.

En tren de generar recursos novedosos, River le encargó a una consultora que estudie la posibilidad de ofrecerle a un fabricante de gaseosas que le agregue su nombre al estadio Monumental. Mientras el debate crece y se recogen muchas más muestras de descontento que de aprobación a una costumbre tan arraigada en Norteamérica y Europa, pero inédita en Sudamérica, pasó inadvertido que en realidad en la empresa no tiene intención alguna en invertir poco más de 20 millones de dólares para ligar las marcas por varios años.

Por el momento, la idea sólo sirvió para una risueña réplica del presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, quien siempre refiere a la frialdad del estadio millonario y esta vez entendió lógico el acuerdo pues “es natural que a las bebidas gaseosas se las enfríe en la heladera”.

Como si fuese poco...

Cierto es que, para agregar detalles a la convulsionada interna, la barrabrava sacó a la luz sus violentas participaciones en el Mundial de Alemania, en Paraguay durante el enfrentamiento con Libertad y en el estacionamiento interno del club, tras una derrota con Racing el 20 de agosto, cuya represalia escogida fue cortar los neumáticos de 17 automóviles de los jugadores.

Agobiado por ese contexto y con el procesamiento resuelto por el Juzgado en lo Penal Tributario Nº 1 el 27 de octubre de 2005 y cuyo fallo, la Sala B de la Cámara de Apelaciones, ratificó el 2 de febrero de este año y en el que se estudia si se apropió del impuesto a las ganancias deducido a varios futbolistas, José María Aguilar se tomó un recreo y aunque afirma que a su vuelta mostrará un balance que, por lo bueno, “pocos clubes pueden exhibir”, difícilmente la situación sea mejor a la actual.

En su descanso quizá prenda velas confiando en algún santo benefactor para que la realidad deportiva le brinde alegrías que, al menos, tranquilicen los ánimos. Es que el paso ganador de Boca se contrasta con el presente propio y los hinchas van perdiendo la paciencia. El Clausura 2004 –último título- ya suena muy lejano. Eliminado en Copa Libertadores, con posición expectante en el Apertura local, el conjunto de Daniel Passarella mezcla escenas de triunfos con otras de derrotas, más acordes con los tiempos recientes –sobre todo en el final de la gestión de Leo Astrada y durante el frustrado paso de Reinaldo Carlos Merlo, desbancado por una revuelta de los jugadores-. Al menos se observa una mayor jerarquía en los refuerzos, aunque todavía el esperado regreso de Ariel Arnaldo Ortega no haya provocado el estallido que se esperaba.